Si os vais, miraros aquí

¿Os queréis ir del país? ¿Os espanta la inseguridad con que se vive en Venezuela? ¿Teméis por vuestro futuro, porque el presente ya es desalentador? ¿Pensáis que en otro lugar os irá mejor que en vuestra Tierra? ¡Vale! Coged vuestros bártulos, recorred La Trocha, echad una última mirada al Ávila, a La Guaira, al mar Caribe desde las alturas del avión que os transportará con vuestras ilusiones muy lejos de todo cuanto os perturba.
Pero dejadme que os diga un par de cosillas: 1. Partir en plan de emigrante no es como ir de vacaciones; 2. Adonde quiera que fuereis, tened en cuenta que no es igual ir a gastar que a procurar. Y en vista de que habéis resuelto reempezar en otra parte, eso implica ganaros la vida según las opciones y condiciones del lugar donde piséis.

Si elegís Norteamérica, ojalá que os defendáis en inglés con la misma fluidez que en castellano, de ello dependerá conseguir un mejor o peor empleo. Para obtenerlo tenéis que entrar legalmente al país y con visa de trabajo. De otra manera, tendréis que conformaros con uno que os haga invisibles a las autoridades. Será emocionante, porque os sentiréis como fugitivos.

Si elegís algún país latinoamericano, será como si no hubieseis salido del vuestro, porque casi todos están más o menos igual de mal o regular que el nuestro.

Si elegís algún país de Europa, preparaos para practicar la tolerancia ante la intolerancia, la indiferencia ante el desprecio, la dignidad ante la discriminación. Lo mismo da que vayáis a Italia, Francia, Inglaterra, Alemania o España. En todos estos países seréis considerados, por cantidad de desconsiderados (no por todos), personas no gratas, invasores y hasta delincuentes. Tendréis que luchar muy duro para forjaros un espacio, haceros respetar y borraros la etiqueta de sospechoso que os colocan al llegar.

Si os gusta España, porque es la Madre Patria, conocéis la lengua, os sentís identificados con los españoles, no creáis que con eso basta. Allá sois sudacas, sois una boca más que come, un cuerpo más que se enferma, un pasajero más en el bus, un individuo más que requiere servicios públicos, un alumno más en la escuela, un nombre más en la lista del paro o, con suerte, en la nómina de empleados. Sois, pues, una sobrecarga para el contribuyente de ese país.

Si habéis decidido convertiros en migrantes, tenéis que asumir lo que ello trae consigo. Lo digo con conocimiento de causa. A mí me fue bien, pero fui testigo de cuán mal le va a otros, y sufrí por ellos, y hasta llegué a involucrarme en más de un cortocircuito intercultural de chispa racista provocado por ciertos intolerantes contra algunos latinos.
Hallaréis personas que os maltratarán en el trabajo, en la frutería o en algún vagón del metro, por el solo hecho de que estáis ocupando un lugar entre ellos. Si queréis saber más, entrad en la web de cualquier prensa española que admite comentarios sobre las noticias, y leeréis expresiones como estas: "Recuerda inmigrante, para el ciudadano español eres basura, para tu jefe un objeto a explotar..."(#98). "En mi trabajo disfruto haciendo la vida imposible a los monos sudacas. Cada vez que doy con uno lo jodo hasta volverlo loco… Vuelve a tu país seta pulgosa, aquí no te quiere nadie."(#101). "¡Fuera indios! Indio bueno, indio muerto."(#102). ("Cientos de familias bolivianas se reencuentran en Barajas antes de la entrada en vigor del visado" en: www.20minutos.es)
¡Buena suerte! Y tranquilos, que aquí quedamos los más, cuidando el chiringuito por si acaso regresan.

11 de abril de 2007

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comparte tu opinión sobre este post.

Instagram