Venezuela en "periodo especial"

Cantidad de irregularidades han ocurrido en Venezuela en la última década, pero nada comparable con el periodo que abarca desde el 2005 hasta lo que va de 2008, y que por aquello de imitar en todo a Cuba, podríamos denominar "periodo especial".

Es especial porque es distinto a cualquier otro momento que nos haya tocado vivir, principalmente en el aspecto económico. El desabastecimiento es inversamente proporcional al aumento de los precios en los productos que escasean y al auge de la propaganda oficialista. La realidad no se altera con palabras, sino con hechos. Y éstos, por más que intenten ocultarlos o edulcorarlos, son tan reales como las necesidades de la gente y la incapacidad de este gobierno para satisfacerlas.

Que Hugo Chávez afirme que de no ser por la revolución los venezolanos nos habríamos muerto de hambre, es lamentable, por decir lo menos. La verdad es que gracias a la revolución la economía nacional está en el suelo, los anaqueles están vacíos, miles de industrias han tenido que cerrar, millares de comerciantes no logran abastecer sus negocios, escasean los productos de primera necesidad, CADIVI niega las divisas para la importación de repuestos, equipos, instrumentos, materia prima, medicinas, alimentos y un largo etcétera de bienes que no se producen en el país.

El socialismo comunista, sea del siglo XIX o del siglo XXI, no ha tenido, ni antes ni ahora, capacidad alguna para ejecutar un modelo de producción capaz de cubrir, ni siquiera, los requerimientos básicos de alimentación. Por el contrario, su mejor desempeño consiste en arruinar al país, empobrecer al pueblo y matar de mengua a los ciudadanos.

Es lo que sucede hoy día en Venezuela. La revolución está revolviendo en el vacío las tripas de los venezolanos. Tal como en Cuba, lo que muchos pensaban que jamás pasaría, está pasando: largas colas debido a la escasez, cuya causa primera es la catastrófica política económica del modelo socialista; mercancía limitada y de pésima calidad; saqueos en los depósitos de almacenamiento; contrabando, especulación, abusos… Y ahora, un control de venta y despacho de los productos, "tanto por persona y por día", ni más ni menos, la muy temida "libreta de racionamiento".

¿Quién dijo que esto no podía ocurrir porque Venezuela no es Cuba y los venezolanos no aceptaríamos algo así? Para los que aún no se enteran, entramos en el periodo especial de la improductividad y la carestía.

Por mucho que les pese a los ilusos, únicamente el modelo económico capitalista ofrece los medios necesarios para generar empleo, producir bienes, impulsar el desarrollo y elevar el nivel de vida de los individuos. ¿Que hay que trabajar? Sí, el trabajo es una de las principales condiciones, la más digna, por cierto, la que mejor honra al ser humano. El capitalismo no hace caridad, ni otorga becas para el ocio; lo que hace, en cambio, es crear opciones de libre elección para la gente, ofrecer oportunidades de estudio, empleo, mejoramiento laboral y profesional, calidad de vida.

La gran diferencia entre el capitalismo y el socialismo es que aquel exige que el individuo explote de la mejor manera su capacidad, habilidades y talento en procura del bienestar propio y el de la sociedad, mientras que el socialismo exige que el individuo se deje explotar de la peor manera por el Estado, atrofiando su capacidad, habilidades y talento en desmedro de sí mismo y de la sociedad.

Este deplorable "periodo especial" es prueba suficiente e indiscutible de ello.

26 de febrero de 2008

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