3D: Votar y defender el voto

El 3 de diciembre de 2006 será un día crucial para los venezolanos. Una sola actividad es la más importante para realizar en esa fecha: acudir a los centros de votación para ejercer nuestro derecho a elegir entre diversas opciones aquella que cada cual estime mejor, no sólo en función de sus propias expectativas y esperanzas, sino también y con mayor razón, en función del interés del país.

La singularidad de estas elecciones presidenciales consiste, sobre todo, en las características del proceso electoral, diferentes a las de cualquier otro evento de esta naturaleza que hayamos celebrado anteriormente.

Aun cuando las normas establecidas por el Consejo Nacional Electoral en la Resolución Nº 846 no estén del todo claras, pese a las no pocas dudas respecto a la transparencia y confiabilidad del órgano electoral, no obstante las presiones e influencias sobre la voluntad de los ciudadanos y su decisión, los venezolanos sólo debemos obedecer a nuestra conciencia, al sentido común y a la ley.

El voto es el único mecanismo contemplado en la Constitución para elegir a nuestros gobernantes. Es un derecho consagrado y garantizado en el texto fundamental, pero es también un deber moral y una responsabilidad cívica que concierne a cada uno de los venezolanos en cuanto individuo y ciudadano.

Abstenerse es renunciar a ese derecho, dejando que sean otros los que elijan, cediendo la propia voluntad a la voluntad de los demás.

La democracia no es perfecta, pero es perfectible, y siempre mejor que cualquier otro sistema de gobierno. El sufragio es la expresión más pura y eficaz de un sistema democrático. Votar equivale a apreciar la democracia y a valorar la libertad de elegir.

La Resolución Nº 060920-846 del 20 de septiembre de 2006 establece en su artículo 42 que "el acto de escrutinio es público", por lo tanto, los electores tienen derecho a presenciar este acto sin otras limitaciones que las derivadas de la capacidad física del local.

El derecho a votar contiene, pues, el derecho a defender el voto. Y el voto se defiende vigilando que el proceso electoral se desarrolle normalmente, que los escrutinios se hagan de conformidad con las disposiciones legales, que los miembros de mesa y los testigos electorales cumplan cabalmente con sus respectivas funciones, que el Plan República se ciña estrictamente a su misión. Para defender el voto es preciso, entonces, permanecer en la calle, reunidos todos los electores a las puertas de sus correspondientes centros de votación, pendientes de cada detalle.

El sancocho de gallina y la parrilla, el juego de béisbol, la caña y el dominó quedan para otro día. La agenda del 3D contiene una prioridad: votar y defender el voto.

2 de diciembre de 2006

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